Siempre me han llamado la atención esa suerte de no-lugares donde todo y nada encuentra su lugar. Sin querer entrar demasiado en detalles diré que se conoce por no-lugar aquel “espacio intercambiable donde el ser humano permanece anónimo”. Se trata de un neologismo introducido por Marc Augé[1] en su libro “Los no lugares, espacios del anonimato: una antropología de la sobremodernidad”, publicado en 1992, para referirse a los lugares de transitoriedad que no tienen suficiente importancia para ser considerados como «lugares”, es decir, espacios no antropológicos opuestos a los espacios históricos, los espacios vitales o los espacios donde nos relacionamos. Para Augé, un no-lugar podría ser una autopista, una habitación de hotel, un aeropuerto, un supermercado, un parking, etc., lugares que carecen de la configuración de espacios, que no personalizan ni aportan nada a la identidad porque no es fácil interiorizar sus aspectos o componentes y en los cuales la relación o la comunicación es más artificial. Son espacios en los que aquello que nos identifica es el ticket de un peaje, un DNI, una tarjeta de crédito, un ticket de aparcamiento, etc.….
Si bien esta tesis de Augé genera controversias en la medida en que no existe un consenso claro a la hora de precisar la naturaleza de un lugar antropológico[2], filósofos como Zygmunt Bauman sostienen, en la estela del francés, que el no-lugar es un «espacio despojado de las expresiones simbólicas de la identidad, las relaciones y la historia». En suma, un espacio sin alma.
Independientemente de la densidad del pantano en el que nos estamos metiendo, me gustaría apuntar que también Georges Perec[3], en su libro Especies de espacios[4], publicado en 1974, se refiere a un espacio sin función, en el interior de un apartamento, que sin ser “un trastero, una habitación suplementaria, un pasillo, un cuchitril o un recoveco”, se podría definir como “un espacio inútil o un espacio que no sirve para nada porque tampoco remite a nada”. Dice Perec que el propio lenguaje “se revela “incapaz para describir esa nada, ese vacío, como si sólo se pudiera hablar de lo que es pleno, útil y funcional”.
Dora García[5] es autora de una obra titulada The Green Door consistente en una puerta verde de madera corriente, destinada a no conducir a ningún sitio, a permanecer cerrada. Como sostiene Carlos Cachón en su blog[6] “lo notable de esa puerta era que su valor residía precisamente no en ella misma sino en lo que ocultaba, en lo que estaba detrás, fuese eso que estaba detrás el rincón que desearíamos alcanzar, quizás sólo por no estar accesible, fuesen las asociaciones que abría, unas, debo reconocerlo, evidentes para mí -”Behind The Green Door”, 1972, hermanos Mitchell- otras no tanto -“The Green Door”, 1906, O. Henry; “The Door in the Wall”, 1911, H.G. Wells; “Green Door”, 1956, Jim Lowe- algunas que entran sólo en el terreno de la conjetura”. Se trata de una obra cuya puerta cerrada no impide que se pueda abrir de par en par a todo cuanto queramos ver, imaginar, desear, temer…. Una puerta abierta a todo y nada a la vez. Simultáneamente. Un espacio inútil, un no-lugar, una entelequia, un concepto… La cuestión es despertar por vía del arte y la intervención de un artista el letargo de un lugar indefinido donde todo y nada encuentra su lugar.
El lunes 27 de enero una amiga me envió un email preguntándome si había tenido noticias de la existencia de una intervención artística de Robert Barry (Bronx, NYC, 1936) en un espacio llamado Parking BCN, ubicado en la calle París nº 206 de Barcelona. Sin tener idea de qué me estaba hablando, pero intrigado por el contenido de su mensaje, anteayer, martes 28, me acerqué a este lugar, aprovechando que debía hacer unos recados, para ver de qué se trataba. Y al llegar flipé bastante.
Ubicado en un no-lugar o lugar inútil, junto a la puerta de acceso a un aparcamiento a pie de calle, Parking Bcn es un nuevo proyecto de arte contemporáneo en la ciudad condal desde el pasado 7 de noviembre de 2024 que, según informa el enlace al cual se accede a través de un código QR, consiste en “un escaparate ubicado a la entrada de un estacionamiento, el cual será intervenido periódicamente por artistas contemporáneos. Parking será visitable las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año. La programación de este nuevo espacio está a cargo de Moishan Gaspar, quien fue director de la Fundació Gaspar” …
Comisariada por Mathieu Copeland[7], uno de los comisarios de arte internacionales más imaginativos, sorprendentes y estimulantes de la actualidad, miembro, entre otras cosas, del comité curatorial de la exposición “Vides. Une rétrospective”[8], la primera de las intervenciones que se han programado en este “lugar”, es una obra de Robert Barry concebida exprofeso para la ocasión, consistente únicamente en la escritura de dos frases:
– To be or not to be, escrita en color rojo brillante sobre la pared del fondo del espacio pintada, a su vez, de rojo mate
– It’s the real think, escrita sobre la superficie del cristal que separa el espacio exterior del interior en letras de vinilo de corte de color rojo.
Interviniendo periféricamente este espacio tan singular reforzando inteligentemente la densidad del vacío que se materializa en su interior, las frases con las que Barry propone interpelar al espectador son dos frases que dan que pensar sobre cuestiones relacionadas con la esencia del ser, la noción de realidad y, en general, la existencia humana. Se trata de una suerte de llamada a la reflexión que, si bien puede pasar desapercibida por buena parte de los viandantes que caminan distraídos, es imposible que deje impasible a quien repare en el reclamo de sus letras rojas y se vea impelido a ubicarse frente a ellas para leer debidamente lo que entre todas están diciendo.


Considerado uno de los pioneros del arte conceptual y una figura destacada del minimalismo, Robert Barry es un artista para quien la palabra es un elemento esencial en la medida en que evoca “estados mentales de flujo o contemplación y declara al espectador una intangibilidad temporal y psíquica”[9]. Además del lenguaje y su enorme potencial, otro de los aspectos fundamentales de la obra de Barry es el modo en que atiende al espacio que hay entre los objetos, entre dos fracciones de tiempo o entre él -el artista- y el espectador. Un espacio – ¿un no-lugar? – del que sólo se tienen noticias a través de la tangibilidad de sus límites y en cuyo seno puede encontrar su lugar tanto ideas, emociones y sentimientos como dudas y certezas de todo tipo y pelaje.




Para que una obra de Barry adquiera sentido y pueda darse por completada es necesario que el espectador reaccione física y/o mentalmente frente a la sugerencia de las frases de las que se sirve. Sólo de este modo se da la relación que busca el artista con el espectador en su ánimo por despertarle del letargo en el que vive. Bien sea caminando por la calle París de Barcelona, entrando en el parking de su número 206 o acercándose hasta este lugar -¿o era un no-lugar?- después de haber recibido un email de una amiga.
[1] Marc Augé (Poitiers, 1935- 2023), antropólogo francés creador del concepto de «sobremodernidad» a partir de una reflexión sobre la identidad del individuo en función de su relación con los lugares cotidianos y la presencia de la tecnología
[2] En especial, en el mundo académico, y por parte de autores como autores como Rodanthi Tzanelli, Maximiliano Korstanje y Peter Merriman
[3] Georges Perec, (París, 1936 – Ivry-sur-Seine, 1982). Escritor, miembro del Oulipo y abanderado del nouveau roman, que basa todas sus obras en la experimentación y las limitaciones formales.
[4] https://uea1arteycomunicacion.wordpress.com/wp-content/uploads/2013/10/perec-georges-especies-de-espacios.pdf
[5] Dora García (Valladolid, 1965) https://www.doragarcia.net/
[6] https://www.engawa.es/articulos/lo-que-esta-detras/
[7] Mathieu Copeland (Lagny-sur-Marne, F, 1977). http://www.mathieucopeland.net/
[8] fantástica exposición comisariada por Phillipe Pirotte y Laurent Le Bon a partir del concepto de vacío en el arte contemporáneo y realizada en 2009 en el Centro Pompidou de París y la Kunsthalle de Berna.
[9] Tal como se afirma en la página web de Parra & Romero, su galería en Madrid e Ibiza: https://www.parra-romero.com/robert-barry-reflections/


¡Gracias Fede!, por la noticia y por el artÃculo tuyo que es excelente! un abrazo helena
Sempre son Genials les teves descobertes…. M’agrada tornar a llergir-te
Gràcies!!!
Una abraçada
Eva
Fa dies que no ens trobem
Quina maravella Fede,gràcies per compartir,espero que estiguis bé, una abraçada,carme